La exposición de los cuadros del colombiano Botero, que se puede visitar en la Sala de Exposiciones de la CAM en Alicante es una denuncia a la violencia en su país.
Con su estilo peculiar de personas gruesas, que no corresponde, en este caso con la temática de los cuadros expuestos se puede contemplar madres que lloran por sus hijos muertos, personas vilmente asesinadas o torturadas de mil formas distintas.
Los cuadros, algunos de ellos en carboncillo y otros al óleo, impresionan al espectador sobre todo aquellos en que la trayectoria de las balas se expresa mediante la repetición de estas antes de llegar a la persona, el orificio del impacto en ella y su posterior continuación en el espacio.
Según dice el propio Botero :"«una pincelada a una parte esencial de la temática plasmada por Botero en sus proyectos pictóricos». Así, si bien en sus pinturas evoca las casas, los pueblos, los paisajes, los personajes y las costumbres de un «mundo amable», como afirma el propio artista, Colombia «también tiene esa cara terrible de la violencia». En las obras de esta exposición se representan personajes que viven sucesos trágicos y recientes, plasma esa situación, sin querer hacer juicios, pero rechazando la violencia. El tema se aleja del concepto del arte como productor de placer, «en vista de la magnitud del drama que vive Colombia, llegó el momento en el que sentí la obligación moral de dejar un testimonio sobre un momento tan irracional de nuestra historia», dice
Con su estilo peculiar de personas gruesas, que no corresponde, en este caso con la temática de los cuadros expuestos se puede contemplar madres que lloran por sus hijos muertos, personas vilmente asesinadas o torturadas de mil formas distintas.
Los cuadros, algunos de ellos en carboncillo y otros al óleo, impresionan al espectador sobre todo aquellos en que la trayectoria de las balas se expresa mediante la repetición de estas antes de llegar a la persona, el orificio del impacto en ella y su posterior continuación en el espacio.
Según dice el propio Botero :"«una pincelada a una parte esencial de la temática plasmada por Botero en sus proyectos pictóricos». Así, si bien en sus pinturas evoca las casas, los pueblos, los paisajes, los personajes y las costumbres de un «mundo amable», como afirma el propio artista, Colombia «también tiene esa cara terrible de la violencia». En las obras de esta exposición se representan personajes que viven sucesos trágicos y recientes, plasma esa situación, sin querer hacer juicios, pero rechazando la violencia. El tema se aleja del concepto del arte como productor de placer, «en vista de la magnitud del drama que vive Colombia, llegó el momento en el que sentí la obligación moral de dejar un testimonio sobre un momento tan irracional de nuestra historia», dice